Históricamente, la forma de ahorrar más antigua era atesorar el oro. Considerado el refugio por excelencia contra la inflación y las crisis económicas, el hombre de la antiguedad sabía que una moneda de oro genuino conservaría su poder de compra bajo cualquier escenario económico.
¿Por qué invertir en oro?
Hoy en día, ese paradigma no ha cambiado demasiado, ya que permite protegernos contra la emisión descontrolada de los gobiernos, la volatilidad del mercado de acciones, las caídas en los precios de las propiedades (la burbuja hipotecaria japonesa que explotó en el 2000 aún continúa teniendo efectos sobre el crecimiento del país nipón, con precios que no se recuperaron hace más de 10 años y una deflación crónica), controles de precios y crisis de crédito.Además el oro tampoco se encontraría afectada por el management corrupto o ineficiente de una compañía (como puede suceder cuando invertimos en acciones), el default de bonos soberanos o la política monetaria de un mal gobierno.
Recuerde que el oro es una excelente inversión a largo plazo.